¿SABES LO SUCEDE SI ORINAS EN LA DUCHA?

A muchas personas les puede parecer algo asqueroso. Sin embargo, orinar en la ducha es una práctica con muchos adeptos: no solo ofrece varios beneficios, sino que además carece de contraindicaciones. Esto se debe a que la orina es sobre todo agua (un 95 %) y las sustancias tóxicas que se eliminan con ella se pierden por la rejilla de la ducha con la misma facilidad que en la taza del váter. ¿Cuáles son los beneficios? Se enumeran a continuación.

Este es, con diferencia, el beneficio más importante. Las cisternas de váter más eficientes permiten hacer descargas de tres litros, cantidad que suele ser suficiente para hacer correr la orina. Pues bien, suponiendo unas cinco micciones diarias por persona (suelen ser más), llegamos a la conclusión de que en España hacemos correr más de 600 millones de litros de agua por día solo cuando hacemos pis. Por eso, dado que el agua es un recurso escaso, el ahorro resulta fundamental. Si una de esas micciones se realiza en la ducha, evitaremos hacer circular unos 120 millones de litros de agua diarios.

Al estar en la ducha, está claro que no hace falta usar papel higiénico para limpiarse después de la micción. Este ahorro podría parecer poco relevante, ya que el papel utilizado después de orinar (por lo general, solo por las mujeres) no es demasiado. Sin embargo, el papel higiénico -tal como lo consumimos en España- es cada vez menos sostenible. Por año gastamos 690.000 toneladas de papel higiénico y sanitario, y cada vez más de tipo “premium”, cuya producción requiere el uso de madera virgen, algo que pone en riesgo los bosques y su biodiversidad. En función de todos estos datos, cualquier medida que implique un ahorro resulta bienvenida.